La presión para que Tony Blair deje el poder aumentó ayer con la dimisión de Tom Watson, secretario adjunto de Defensa y hasta ahora destacado defensor del primer ministro, junto a otros seis parlamentarios, asimismo estrechos colaboradores de Blair. En su carta de dimisión, Watson hace un encendido elogio del liderazgo "visionario" de Blair y de los logros "sin parangón" de sus Gobiernos, pero argumenta que la situación a la que se ha llegado hace que "la única manera de que el partido y el Gobierno puedan renovarse" es cambiar urgentemente de líder.
La respuesta de Blair fue inmediata y furibunda. Le acusó de poner en peligro la unidad del Partido Laborista. Después de que varios ministros aceptaran públicamente que Blair dejara el cargo a más tardar dentro de un año, el diario The Sun afirmó ayer que la fecha de su dimisión será el 31 de mayo.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de septiembre de 2006