El quinto aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York y Washington se vive en EE UU con un fuerte enfrentamiento político entre republicanos y demócratas. Cinco años después del día que cambió el mundo, ambos partidos han roto el tabú del uso político de la tragedia para acosar a su adversario ante las próximas elecciones legislativas de noviembre.
La ofensiva demócrata tiene cuatro letras -Irak- y busca erosionar a George W. Bush convirtiendo los comicios en un referéndum sobre su presidencia. La respuesta republicana se basa en la seguridad y en envolver la guerra de Irak en la lucha global contra el terrorismo. Bush depositó ayer una corona de flores en la zona cero de Manhattan y hoy se reunirá con bomberos y policías de Nueva York. El presidente continuará su jornada con una visita al lugar donde se estrelló el vuelo United 93 en Pensilvania y después hará lo mismo en el Pentágono. El presidente no recorría los tres escenarios desde 2002.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de septiembre de 2006