Por primera vez en su carrera el coreógrafo y bailaor sevillano Israel Galván, último Premio Nacional de Danza, firma un espectáculo en el que no actúa. Se trata de La francesa, que se estrena hoy en el teatro Central de Sevilla dentro de la Bienal de Flamenco y para el que se agotaron las localidades a los pocos días de salir a la venta. La producción cuenta con la dirección artística de Pedro G. Romero, habitual colaborador de Israel, y está protagonizado por la bailaora Pastora Galván.
"No tenemos nada que ver. Somos la noche y el día. Una es muy flamenca y el otro, un genio", dijo ayer entre bromas y veras Pastora Galván, quien ha encarnado la imagen estereotipada de una bailaora. El montaje incluye imágenes inusuales para el flamenco como la alusión al cabezazo que Zidane le dió a otro jugador en la final de la última Copa del Mundo de fútbol (como puede verse en la fotografía). "El icono de la bailaora flamenca de rompe y rasga viene de la literatura francesa de finales del siglo XIX y ha pasado a formar parte del imaginario colectivo. Ese es el argumento de la obra, el cómo este estereotipo marca a las propias bailaoras", comenta Pedro G. Romero. En cuanto a la música, que dirige Pedro Sierra, se trata de "un trabajo muy complejo que reúne 30 fragmentos musicales".
La Bienal ofrece también hoy en Hotel Triana a 11 miembros de la familia Amador, desde Raimundo, con su famosa guitarra Gerundina, hasta el clásico Ramón Amador, cantaor y guitarrista, quien a sus 51 años es el patriarca. La dirección es de Juan José Amador y Javier Puga.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de septiembre de 2006