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Montjuïc, estancado

Tras los cambios en el gobierno municipal y posiblemente ya pasadas las fiestas de la Mercè, el nuevo alcalde, Jordi Hereu, iniciará una ronda de visitas. Las idas y venidas a Madrid están aseguradas porque la ciudad sigue teniendo asuntos pendientes -y muy importantes- que dependen de la Administración central, empezando por el Ministerio de Fomento -con el AVE y el aeropuerto- y de forma muy destacada con el Ministerio de Defensa, del que depende la anhelada cesión total del castillo de Montjuïc. Una cuestión que vuelve a estar de nuevo aparcada, como ocurre cada vez que hay una convocatoria electoral. Ocurrió con motivo del referéndum del Estatut y ahora por las elecciones autonómicas. Los negociadores municipales llegaron a limar diferencias en algunos de los puntos, como la reubicación del destacamento y las antenas de comunicación, pero no en uno de los puntos más conflictivos: el espíritu y la literalidad de lo redactado respecto a las banderas que deben ondear. Ahí, Defensa parece no moverse. Y la ciudad no quiere claudicar. Hereu también podría llamar a la puerta de su antecesor y ahora ministro de Industria, Joan Clos, para demandar más rapidez en la anunciada participación del ministerio en el campus universitario de Llevant.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de septiembre de 2006