Un par de declaraciones del chaval que hace unos días ganó la versión israelí de Operación Triunfo hubieran desatado, como mucho, una marejadilla en otros países. Pero aquí han provocado una tempestad. Resulta que Jacko Eisenberg, de 25 años, no vota en un país en el que la abstención es mínima. "No voté. No merecía la pena mover mi pequeño culo. ¿Quién merece que le vote?", declaró el cantante a un periódico. Y añadió una perla: ha compuesto una balada sobre Israel titulada Puto Estado, Nación de felación. La cosa empeoró aún más cuando el periodista le preguntó por la mili, obligatoria para hombres y mujeres. No la hizo. Y eso en el Estado judío está muy, muy mal visto. Jacko contó que cuando le llamaron a filas se presentó en la oficina de reclutamiento guitarra en ristre, y allí explicó que era "incapaz de coger una pistola". Estas palabras han caído como una bomba en un país que acaba de salir escaldado de una guerra contra Líbano, apoyada masivamente por la ciudadanía. "Y dice todo esto con orgullo y regocijo, abiertamente, mientras se atusa el pelo, para mayor gloria del Estado de Israel", escribía indignado en el diario Maariv el veterano analista Ben Caspi. Y añadía: "¡Qué país! Jacko tiene razón. Un país estúpido, podrido, suicida, convierte a semejante porquería en un héroe público y un símbolo nacional". Y es que Jacko poco tiene que ver con los ganadores de las anteriores ediciones de Operación Triunfo en Israel: una mujer soldado;un policía de fronteras que se hizo famoso con un vídeo que recreaba una de sus redadas en los territorios palestinos, y un judío ortodoxo, el único del que poco se sabe yaporque rechazó varias ofertas comerciales por motivos religiosos.La nueva estrella israelíde OT ya ha anunciado que moderará su discurso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de septiembre de 2006