La influencia de la herencia genética en la muerte súbita por parada cardiaca y sus nuevos tratamientos terapéuticos fueron el objeto de la conferencia con la que el prestigioso cardiólogo Ramón Brugada abrió ayer en Valencia la 33 edición del congreso Ordenadores en Cardiología, que aborda las nuevas tecnologías aplicadas a las enfermedades cardiovasculares. La Universidad Politécnica de Valencia presentó un sistema destinado a controlar la recuperación de pacientes afectados por disfunciones cardiacas en la rehabilitación posterior a la salida del hospital.
El encuentro reúne a unos 400 cardiólogos e ingenieros de 40 países que profundizarán en la investigación y el desarrollo de la aplicación de las nuevas tecnologías en el campo de la cardiología, indicó Javier Sáiz, coorganizador del congreso.
El encargado de abrir las jornadas fue Ramón Brugada, director del centro de Genética Cardiovascular Clínica del Montreal Health Institute de Quebec. En su exposición abordó el hallazgo de las bases genéticas de las enfermedades cardiacas hereditarias causantes de muerte súbita y nuevos aspectos de la investigación relacionados con esta cuestión como la búsqueda de nuevos medicamentos para prevenir este riesgo. "Todavía hay que investigar muchísimo", indicó, ya que el gen vinculado a la muerte súbita es responsable de uno de cada cuatro casos, por lo que "queda aún el otro 75%".
El congreso abordará también la vertiente de la investigación en regeneración celular relacionada con la cardiología.
El jefe de la unidad de cardiorregeneración del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, José Anastasio Montero, destacó "el potencial real" de las posibilidades que abre la investigación con células madre.
Javier Sáiz aprovechó la jornada inicial del congreso para anunciar un sistema autónomo, aún en desarrollo, para controlar la recuperación de pacientes que finalizan su estancia hospitalaria y la rehabilitación. Explicó que las características principales de este dispositivo, similar a un pulsómetro pero algo más sofisticado, son la autonomía y la capacidad de adaptarse a las características de cada paciente a través de una monitorización específica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de septiembre de 2006