El Ibex 35 ha rebotado, por segundo día consecutivo, en la zona de los 12.330 puntos, poniendo a prueba la solidez de esa resistencia y, de paso, los nervios de algunos inversores.
La ausencia de referencias económicas importantes obligó a los inversores a centrarse en la dinámica interna, marcada una vez más por las operaciones corporativas en marcha y la posibilidad de que aparezcan algunas más. Los momentos de bonanza en los mercados de valores suelen favorecer la creatividad y, en este aspecto, algunos inversores son capaces de ver operaciones por todas partes.
Si a esta facilidad se le añade el que algunos responsables empresariales hablan con mucha soltura de acercamientos de otras empresas y de posibles compras del 100% del capital de su propia sociedad, no es de extrañar que en los mercados no se hable de otra cosa que de posibles adquisiciones de empresas.
Al final de la sesión el Ibex 35 subió sólo el 0,08%, con un nuevo tirón a cargo del sector inmobiliario, el mantenimiento de la tensión en el sector eléctrico y un grupo bancario un tanto revuelto.
El único dato económico del día llegaba desde Estados Unidos, aunque a estas alturas el incremento del déficit por cuenta corriente no ha sorprendido a nadie, sobre todo al estar generado por los mayores pagos por el petróleo y la salida de intereses. La Bolsa de Nueva York, sin embargo, mantenía un tono de indecisión en las primeras horas de sesión, lo que contribuyó a que el cierre de los mercados europeos resultara algo más confuso y débil.
La Bolsa de París subió el 0,04%, Francfort perdió el 0,19%, y Londres ganó el 0,22%.
La contratación en el mercado continuo ascendió a 4.643,29 millones de euros, con algo más de 2.700 millones generados mediante las operaciones "abiertas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de septiembre de 2006