El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer en el Senado que el Ejecutivo trabaja en un plan de renovación, ampliación y "construcción urgente" de nuevos centros de internamiento para inmigrantes en Canarias. Esta medida fue calificada de inmediato de "disparate" por el presidente de Coalición Canaria (CC), Paulino Rivero: "Lo que [el Gobierno] quiere es convertir Canarias en el campo de concentración de África".
Zapatero reconoció en la Cámara alta la "gravedad" de la llegada masiva de inmigrantes a Canarias y prometió la "construcción urgente" de nuevos centros de internamiento en el archipiélago. El presidente recordó que el Gobierno ha repatriado a 13.055 subsaharianos sin papeles desde el 1 de enero y anunció que las repatriaciones van a continuar.
El presidente de Coalición Canaria, Paulino Rivero, le replicó desde el Congreso, donde presentaba un plan contra la inmigración clandestina que responde a las líneas maestras anunciadas por el Gobierno de Canarias. Al portavoz de CC le preocupa el "impacto muy negativo" que la propuesta de Zapatero puede tener, a su juicio, en el sector turístico del archipiélago."El Gobierno tiene toda nuestra disposición, lealtad y colaboración, pero si lo que pretende es convertir Canarias en el campo de concentración de África, nos va a encontrar enfrente a todos los canarios", dijo.
Los sindicatos policiales indican que la capacidad de los centros de internamiento de las islas ha sido ampliamente superada, lo que ha deteriorado sus condiciones de vida y ha puesto en peligro la salud de los internos y de los agentes que los vigilan, razón por la cual, CC exige que los subsaharianos sean rápidamente repatriados o trasladados a otras autonomías.
La inmigración también ocupó buena parte de las preguntas del PP al Gobierno en la sesión de control en el Congreso. Ángel Acebes, secretario general del PP, leyó parte de un informe policial sobre los centros de internamiento: "Hay una carencia extrema de medios personales y materiales; hay insalubridad y violencia en los centros de inmigrantes; duermen unos encima de otros sin respeto a una mínima dignidad...", djo. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega la replicó que el Gobierno trata la inmigración con "eficacia, rigor y responsabilidad" y que está aumentando los medios para la acogida de inmigrantes irregulares.
El portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, apostilló que el Gobierno quiere "un pacto de silencio" de la oposición. "Su política de inmigración, su oferta, es muerte, hacinamiento o desgracia", dijo.
Dos diputadas del PP criticaron también el proceso de regularización llevado a cabo por el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, quien respondió que el 85% de los ciudadanos le apoyaban y que ha conseguido dar derechos "a quienes los merecen".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de septiembre de 2006