En respuesta al artículo sobre la nueva asignatura en la educación secundaria La educación para la ciudadanía, del profesor Peces-Barba, quisiera exponer lo siguiente:
1. El principal reparo que se le hace a esta asignatura es su presumible carácter adoctrinador (es falaz pensar que el que ponga ese reparo no ha de tener razón por ser él mismo un adoctrinador -como es el caso de la iglesia católica-) y, ciertamente, la propuesta de contenidos para esta asignatura que hace Peces-Barba es adoctrinadora, al menos en cuanto en ella no se explicita la necesidad de fundamentar racionalmente la prevalencia de ciertas distinciones (valores y procedimientos, moral pública y privada, etcétera) y valores (los procedimientos democráticos, el rechazo de la violencia, los principios y valores que representan las Naciones Unidas, etcétera).
2. Como supongo que el profesor Peces-Barba prefiere, como yo, ciudadanos que sepan por qué razón han de respetar ciertas normas y valores, creo que estaremos de acuerdo en que la asignatura sea impartida atendiendo, ante todo, a la discusión y fundamentación racional (ergo moral) de tales normas y valores.
3. Dado que dicha tarea implica la dilucidación crítica de los supuestos ontológicos o, en general, filosóficos, que están a la base de la misma, espero que esté de acuerdo también en que dicha asignatura sea impartida por profesores expertos en Filosofía en general (no necesariamente formados -como parece sugerir Peces-Barba- por juristas o por filósofos del derecho cuyos hábitos de especialización pueden impedir, a veces, el logro de la radicalidad o amplitud de perspectiva necesaria para la discusión en torno a la legitimidad de normas y valores).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de septiembre de 2006