Lo más destacado de la noche del domingo en el centro fue la menor afluencia de público en comparación con ediciones anteriores. En la avenida de la Catedral, por ejemplo, el público no llegaba ni a una cuarta parte del que la noche anterior desafió al aguacero esperando a Ojos de Brujo. Incluso se podía deambular con comodidad desde allí hasta la plaza del Rei o la de Sant Jaume.
El éxito de la noche en esa zona se lo llevó el trío barcelonés Pastora, que consiguió que la plaza de Catalunya. sin llegar abarrotarse, cobrara vida con las nuevas canciones de su segundo disco, que presentó con profusión de efectos videográficos. El público, que antes había estado bastante frío en el aburrido concierto de Mónica Molina, se fue progresivamente calentando hasta convertir la plaza en una fiesta.
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En la avenida de la Catedral, en cambio, todo era mucho mas caliente y danzante. Los animados ritmos de Papa Wemba lo inundaron todo y el público, entre el que se distinguía una nutrida representación de la inmigración africana, pudo bailar a placer. La música de Wemba es bastante monótona y repetitiva, pero encontró el medio idóneo en un escenario al aire libre y dominado por las ganas de fiesta.
La propuesta más musical de la noche se desarrolló en la plaza de Sant Jaume en el seno del denominado Mercèfolk. El acordeonista italiano Riccardo Tesi (al que ya conocíamos por sus aventuras con Kepa Junkera) presentó su proyecto Banditaliana, a medio camino del folclor reinventado con inteligencia y un jazz de miras abiertas y danzantes; música mediterránea sin complejos interpretada por un cuarteto sólido (acordeón, guitarra, saxos y percusión). Una actuación más para escuchar que bailar, pero que no desentonó en el ambiente festivo que reinaba en la zona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de septiembre de 2006