Uno para asegurarse votos y el otro para darse a conocer. El candidato del Partit del Socialistes (PSC) a la presidencia de la Generalitat, José Montilla, y el nuevo alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, salieron a la calle con estos dos objetivos, respectivamente. Lo hicieron en el barrio del Bon Pastor de Barcelona, en el distrito de Sant Andreu, uno de los feudos socialistas. Saludaron a decenas de vecinos y hablaron de los problemas de la zona. Pero lo que quedó más claro en ayer por la tarde es que los dos líderes socialistas no gozan de la misma popularidad.
"Estábamos aquí tomando un aperitivo y han llegado Montilla y el otro", explicaba emocionada Victoria, tras verse sorprendida por la comitiva del PSC, mientras comía patatas fritas en el bar del centro cívico del barrio. Uno de sus compañeros, Antonio, que se declaró votante del partido, saludó a ambos y luego, en voz baja, preguntó: "El otro es el nuevo alcalde, ¿verdad?". Fueron muchos los vecinos que, tras estrechar la mano a ambos políticos, preguntaban por la identidad del acompañante de Montilla.
Pero no todo fueron golpes bajos para Hereu, y su pasado como regidor del distrito le sirvió para recibir las efusivas felicitaciones de Antonia, miembro del Centro Cultural Andaluz del Bon Pastor. "Esta señora prepara unos potajes fantásticos", explicó el alcalde a Montilla. Ella, visiblemente contenta, añadió: "El señor Jordi es un encanto y ha venido a todas nuestras fiestas".
Uno de los momentos más difíciles se vivió en el número 133 de la calle de Sant Adrià, cuando dos vecinas del inmueble lamentaron que el barrio esté "dejado de la mano de Diós". Una de ellas incluso aseguró que el año pasado se rompió una pierna "por culpa de las obras que hacían en la acera, delante del portal". Hereu cerró los ojos por un instante y respondió, contundente: "Éste es el barrio en el que más hemos invertido".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de septiembre de 2006