El déficit de plazas de aparcamiento en Ciutat Vella es uno de los mayores problemas a los que debe enfrentarse el centro histórico de la ciudad de Valencia. Las cifras hablan por sí solas. De los 747 vecinos que han solicitado plaza en uno de los dos nuevos aparcamientos construidos por el Ayuntamiento en este distrito, sólo 340 podrán acceder a una de ellas.
Estos dos nuevos garajes, sitos en Guillem de Sorolla y en la plaza Marqués de Busianos, no hacen más que aliviar una situación que continúa siendo preocupante y que se ha convertido en una de las reivindicaciones más habituales de las asociaciones ciudadanas de esta zona de la ciudad. Esta carencia tiene como consecuencia la invasión de los pocos espacios peatonales y de las aceras por parte de los automóviles en la zona antigua de la ciudad.
"El problema es que la ubicación de los nuevos aparcamientos no responde a las necesidades de los valencianos sino a los intereses de las empresas que los construyen", asegura el portavoz del grupo municipal socialista, Rafael Rubio. Esta formación solicita que sea la empresa pública Aumsa la encargada de la construcción de los garajes y que las plazas se vendan a precio de coste y no se lleguen a pagar cantidades "desorbitadas", como sucedió en el garaje de la calle Chile, donde los precios alcanzaron los 40.000 euros por un plaza de garaje.
Los socialistas sostienen que la construcción de estos emplazamientos debería servir para recuperar espacios libres ajardinados e itinerarios verdes peatonales. En este sentido, Rubio consideró "positivo" priorizar el derecho de los residentes -son precisamente los vehículos de los vecinos los que pasan mayor tiempo estacionados en la zona- frente al de los comerciantes en las adjudicaciones de plazas. El edil, sin embargo, exigió que la proximidad del domicilio de los solicitantes -actualmente solo se exige que estén dentro de un radio de 500 metros- también se utilice como criterio de asignación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de octubre de 2006