Recientemente, TVE-1 ha estrenado el concurso El primero de la clase, en el que ocho niños y otros tantos famosos asisten a un colegio donde les imparten clases de diversas materias. El objetivo: que los pequeños demuestren cada semana los conocimientos adquiridos y ganen una beca para sus estudios. Contado de esta manera, nos podríamos congratular de que la televisión pública, pagada por todos los españoles, dé cabida a programas de carácter educativo con un formato dirigido a toda la familia. Sin embargo, no podemos más que echarnos las manos a la cabeza cuando observamos que dicho programa cuenta con José Campos, marido de Carmen Martínez Bordiú, como profesor de gimnasia. ¿Qué méritos tiene José Campos para impartir clases a los pequeños? ¿Quizá haber sido campeón de salto de longitud cuando era joven? ¿Alguien se acuerda de eso? ¿No hay otros atletas españoles con más prestigio? ¿O es que para aparecer en la televisión pública basta con ser marido de la nietísima? ¿Qué autoridad moral tiene José Campos como profesor cuando él mismo se jacta de no haber leído un solo libro en toda su vida?
Lo que parece claro es que TVE-1 ha entrado de lleno en la lucha por las audiencias sacrificando para ello la contratación de un buen profesional. Si no teníamos bastante con ver a Carmencita mover las caderas todos los lunes en Mira quién baila, ahora también tendremos que sufrir la presencia de su marido en otro programa de la misma cadena pública, a costa del esfuerzo del contribuyente. Si no quieres caldo, dos tazas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 2 de octubre de 2006