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CARTAS AL DIRECTOR

'Saudades' portuguesas

En su película El azar, el director de cine polaco Kieslowski analiza tres destinos distintos del protagonista en función de que éste coja o pierda un tren. Tal fantasía sólo es posible en el cine y en la literatura, y no en la vida de los pueblos, pero uno, a veces, suele preguntarse cómo serían las cosas si en vez de esto hubiera pasado aquello.

Por ejemplo, cómo sería nuestro presente si los castellanos hubiesen vencido a los portugueses en la batalla de Aljubarrota, o si los partidarios de doña Juana, La Beltraneja, entre los que se encontraba su tío, el rey Alfonso V de Portugal, con quien se casó, hubiesen derrotado a quienes apoyaban a Isabel la Católica, quizá entonces la unión de reinos hubiese sido Castilla y Portugal, en vez de Castilla y Aragón, y la frontera de lo que llamamos España se hubiera situado en el este en vez de en el oeste; o cómo sería si los dos países ibéricos hubiesen continuado unidos bajo la misma corona.

Vicente Verdú, en su artículo La Portuespaña, se complace del resultado de la encuesta hecha por el semanario portugués Sol, en la que casi una tercera parte de los lusos preguntados expresaban su deseo de unirse a nosotros. Ciertamente, aunque ese sueño sea utópico, tal noticia es un soplo de aire fresco en el viciado ambiente de los nacionalismos rancios del que nos resulta imposible escapar.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de octubre de 2006