La 2 estrenó Leonart, un programa diario y de tarde que tiene la voluntad de recuperar el formato de divulgación científica para niños. Desde los tiempos de La casa del reloj, la televisión educativa ha evolucionado. En este caso, la acción se sitúa en un laboratorio extravagante en el que conviven Leonart, un joven científico; Lisa, una experta en manualidades, un ordenador central un poco borde y Watson, un androide-mayordomo. El entorno tecnológico no tiene nada que ver con la prehistoria del género, y la prueba es que el concurso que incluye sólo puede hacerse a través de Internet, dando por sentado que en España todos los niños tienen acceso a la Red. Semejante diagnóstico de la realidad sorprende por optimista, pero, en general, la propuesta responde a lo que se espera de una televisión pública. En la primera entrega se habló del sistema solar.
Para hacerlo, se transitó por desiguales situaciones en clave de comedia que se alternaban con contenidos más específicamente divulgativos. El apartado de manualidades es, por ahora, el más vistoso: la maña de Lisa recuerda la de otros excelentes programas, como Art attack. La lección de astronomía nos sirvió para repasar el orden de los planetas por tamaño y para recuperar la vieja y sana costumbre de responder a preguntas inútiles con apariencia de enciclopédicas como a qué velocidad crece el pelo. Es un tipo de televisión educativa sin grandes sorpresas que me hizo pensar en lo inteligentes que fueron los que, hace siglos, ficharon a Gloria Fuertes para añadir un poco de poesía a tanta divulgación. Si hubiera aparecido por este esperanzador Leonart planetario, Fuertes habría podido recitar su poema Hablando desde el espacio: "Ojos que no vemos / nos examinan de amor desde el espacio / Escudriñan y husmean microscópicamente / nuestras más oscuras partículas". En otras cadenas, a la misma hora, la opción educativa es A tu lado y El diario de Patricia. Como ven, los caminos para acceder al conocimiento y al sentido de la vida son múltiples y variados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de octubre de 2006