El jefe de Estado de Pakistán, general Pervez Musharraf, presidió ayer una ceremonia en Muzaffarabad, en Cachemira, en homenaje a las 73.000 víctimas del terremoto que ayer hizo un año devastó el norte del país. El sonido de sirenas avisó del inicio del minuto de silencio a las 8.52 hora local (las 4.52 hora peninsular española), momento en el que se produjo el seísmo de 7,6 grados en la escala de Richter. La ciudad de Muzaffarabad quedó destruida por la catástrofe.
Cientos de oficios religiosos y ceremonias recordaron ayer a las víctimas. El terremoto provocó además el desplazamiento de millones de personas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de octubre de 2006