Un joven de 20 años, con cinco antecedentes policiales por hurto, robo y malos tratos en el ámbito familiar, causó en la madrugada de ayer cuantiosos daños en el interior de la catedral de Málaga, a la que había entrado a robar. Una urna del siglo XVII, un retablo del XVIII y una vidriera de principios del XIX, que rompió para acceder al templo, fueron algunos de los elementos que sufrieron estragos, según informó el deán de la Catedral, Francisco García Mota. Además, una mesa, un lampadario y varios jarrones colocados sobre el altar sufrieron desperfectos de diversa consideración. Los daños, que la policía calificó de "incalculables" en una nota de prensa, ascienden, según una primera valoración del canónigo, a unos 12.000 euros.
El joven fue detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía sobre las 6.30 de ayer en el interior del recinto catedralicio. Los agentes encontraron al presunto delincuente tumbado en el suelo, con la camiseta y el pantalón desgarrados, y con una herida en los genitales, por lo que tuvo que ser trasladado en una ambulancia del 061 al hospital Carlos Haya, donde permanece ingresado. Según el deán, el detenido se quedó enganchado a una verja que proteje el retablo.
El máximo dirigente del cabildo catedralicio aseguró que los mayores daños se produjeron en la parte alta del retablo de la capilla de San Rafael, la única que no resultó dañada durante la guerra civil, en la que personas refugiadas en el templo usaron la madera de los retablos como leña. En cuanto a la vidriera rota, se trataba de una pieza del siglo XIX, una de las más antiguas de la catedral malagueña, y que había sido fabricada en Alemania.
El joven, que responde a las iniciales M. C. F., se encuentra bajo custodia policial y pasará a disposición judicial cuando su situación médica se lo permita.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de octubre de 2006