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XIV Bienal de Flamenco

Bailar con la 'jondura' por bandera

De entre el más de medio centenar de espectáculos programados por la Bienal de Flamenco, sólo uno apuesta directamente por la diferencia: Gitanas, un montaje que encabeza la bailaora Rosario Montoya La Farruca y que podrá verse esta noche y mañana en el Teatro Lope de Vega.

Todo el equipo, cinco bailaoras, tres cantaoras y tres guitarristas, es gitano. La excepción es la cuarta cantaora, Encarni Anillo, "una gitana de corazón" que lleva años colaborando con la saga de los Farruco. "Hay muy pocas que bailen gitano. Bien, no digo que no; pero gitano, muy pocas", asegura La Farruca que comparte escenario con su hermana Pilar La Faraona, Angelita Vargas, Carmelilla Montoya y Saray de los Reyes. Tres generaciones de bailaoras desde la fuerza y la frescura de Saray, de 17 años, hasta la sabiduría y la gracia de Angelita Vargas, de 65 años."Hoy en día se están cachondeando del flamenco. Yo respeto toda clase de baile, pero que no le llamen flamenco, que le pongan otro nombre. Son los mismos artistas los que están confundiendo al público. No se puede decir que baila flamenco y salir al escenario arrastrándose por el suelo y desnudo", comenta La Farruca con el aliento entrecortado por el esfuerzo tras ensayar la soleá que interpreta en solitario en Gitanas.

"Para salir a bailar hay hacerlo vestida de flamenca y no hacer de espantapájaros", añade la artista, madre de Farruquito con quien firma la dirección y la coreografía del montaje. El espectáculo, que evoca la atmósfera de los cafés cantantes de finales del siglo XIX, es una sucesión de palos en los que las cinco bailaoras se lucen en solitario acompañadas al cante por Juana la del Revuelo, Mara Rey, María Vizárraga y Encarni Anillo. Todas mujeres, aunque en el toque el género ha tenido que dejarse de lado. Román Vicenti, El Perla y José Acedo son los guitarristas que ayudarán a estas gitanas a rebuscar en lo más puro de sus raíces. La explosión llega con las seguiriyas, rondeñas y bulerías, palos en los que las cinco bailaoras y las cuatro cantaoras se reparten el protagonismo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de octubre de 2006