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La campaña electoral en Cataluña

Bajan los delitos violentos y suben las faltas

Si la población penitenciaria no ha parado de aumentar en los últimos cinco años en Cataluña y en España, parecería lógico pensar que eso se debe a que se cometen más delitos. Pero las cifras oficiales demuestran que no es así porque los índices de delincuencia están estabilizados en los últimos cinco años, con ligeras oscilaciones al alza o a la baja. "El delincuente se ha sofisticado y cada vez trabaja con menos riesgo para él, tanto físico como penal", explica de manera ilustrativa un mando policial, y pone un ejemplo. "Un atraco con una pistola le puede salir el triple de caro que ir estafando en los cajeros con una tarjeta". Es decir, han disminuido de manera espectacular los delitos violentos, por los mayores esfuerzos policiales y la represión judicial, pero, por el contrario, no paran de aumentar las faltas y, muy especialmente, las denuncias por violencia doméstica, que hasta hace un año no era delito en muchos casos. "Los delincuentes lo saben y afinan más", remacha el portavoz policial. Siempre hay excepciones: los robos a domicilio hasta hace unos meses no comportaban el ingreso en prisión del acusado y ahora sí.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de octubre de 2006