Artur Mas reclamó ayer en Reus a las tres formaciones de izquierda que tengan el "coraje y la decencia" de admitir ante el electorado que su ambición, tras las elecciones del 1 de noviembre, es la de reeditar el tripartito y erigió a Convergència i Unió en el "antídoto" para imposibilitar otro Gobierno de "perdedores" encabezado esta vez por José Montilla.
Contra las críticas del resto de formaciones, que acusan a CiU de realizar una campaña agresiva, y al propio Artur Mas de mantener una actitud "prepotente y arrogante" -así lo dijo Montilla el miércoles en Mataró-, el líder nacionalista respondió que su partido es el único que está actuando con "lealtad" y "juego limpio" en esta campaña. Para Mas, lealtad significa proclamar que no piensa gobernar con el PP, mientras que el PSC y ERC "esconden que quieren reeditar el tripartito". "Por eso les duele tanto el documental de CiU [el DVD difundido la pasada semana], porque sólo dice aquello que intentan esconder, es decir, que el tripartito, ese Gobierno absolutamente desacreditado, existió en Cataluña. Nosotros no nos lo inventamos".
Mas reconoció sentirse satisfecho por haberse convertido en diana de las críticas de todos sus contrincantes -la izquierda y el PP- prueba de que, comentó, "vamos bien, lo estamos haciendo bien y tenemos posibilidades de ganar y volver a gobernar". Sin embargo, advirtió de que la victoria no está conseguida y por eso reclamó un voto "masivo, rotundo y definitivo" hacia CiU.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de octubre de 2006