Porque no todas las empresas son iguales, conviene empezar a denunciar aquellas cuyos comportamientos no tienen nada de éticos. Lamentablemente son muchas, pero voy a empezar por una mencionada por Rosa Montero en su columna (EL PAÍS, 17 de octubre) y mencionada también en algún programa de televisión. Dice Rosa Montero que los nicaragüenses "llevan meses sufriendo terribles cortes de energía de hasta 15 horas al día"; los perjuicios, enormes: por ejemplo, los hospitales se paralizan y los enfermos mueren sin ser operados ni atendidos. La empresa que distribuye la energía eléctrica, Fenosa, alega que tiene pérdidas. Es una excusa inaceptable porque antes de hacerse cargo del servicio debió de hacer un estudio de mercado; es inaceptable que, después de establecida, corte la luz para forzar una subida de tarifas. ¿Tendrá posibilidad el Gobierno de Nicaragua de impedir esa subida? En 2003, Fenosa protagonizó una serie de apagones; según el periódico (EL PAÍS, 19 de octubre de 2003) la compañía eléctrica debía "indemnizar a los afectados". ¿Recuerdan el caso de la ciudad de Cochabamba? Bechtel, nada más hacerse cargo del servicio de agua corriente, triplicó su precio. Protestas, heridos y hasta muertos. Bechtel tuvo que marcharse, pero pidió una indemnización. ¿Acudirá Fenosa al Órgano Multilateral de Garantía de Inversiones, del Banco Mundial, pidiendo una indemnización, si es que no consigue la subida de tarifas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de octubre de 2006