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La seducción de Pavarotti en Bilbao

Bajo el lema "los buenos productos artesanos", Quesos Ibar se está abriendo camino en el mundo. La última noticia llega del éxito conseguido en Suecia. Sin embargo, el consumidor vasco sigue prefiriendo la denominación de origen Idiazabal, algo que le duele en parte a Alfonso Zamora, quien recuerda el refrán: "Nadie es profeta en su tierra".

La última carta que ha recibido es del actor y gastrónomo Juan Echanove. Comienza: "¡Qué puedo decir yo de Alfonso y Maite... y de todos los que componen esta perfecta fábrica de cariño que es Quesos Ibar! En lo profesional es evidente que estamos ante uno de los grandes talentos en cuanto al estudio y manipulación de lácteos de toda la comunidad económica europea (...como poco). Todo el que prueba sus quesos, inmediatamente cae enamorado".

Como le ocurrió al tenor Luciano Pavarotti cuando participó en Bilbao en el centenario del Athlétic. "Ya se sabe que es un gran aficionado a la cocina y cuando viaja para ofrecer un concierto exhibición lo hace en compañía de sus amigos, que organizan grandes fiestas gastronómicas en los hoteles", explica Zamora. Pavarotti acudió a una delicatesen del centro de Bilbao y probó distintos productos, entre ellos un surtido de quesos Ibar. Y cayó por completo prendado. "Nada más regresar al hotel, llamó al encargado de la tienda y le pidió 300 tablas con las que obsequiar a todo el equipo técnico que trabajaba en la organización del concierto".

Alimentaria, la principal feria del sector de España, reclama sus productos todos los años. Ahora está a la espera de ofrecer su última aportación al complejo mundo del queso, todo un bocado de cardenal, según la opinión de Echanove.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de octubre de 2006