Hacía días que las obras del AVE no provocaban retrasos en los servicios de Renfe en Cataluña. Ayer se rompió la racha. Una máquina de la empresa OHL que trabajaba en Can Tunis, en Barcelona, rompió un cable de alta tensión y cayó todo el sistema de seguridad. Era mediodía y hasta pasadas las cuatro de la tarde no fue posible restablecer el servicio, que había quedado totalmente cortado entre Sants y El Prat, y afectado seriamente en la línea que va hasta Maçanet, por el norte, y Sant Vicenç de Calders, por el sur.
El servicio de Cercanías entre Barcelona y Vilanova quedó interrumpido y entre Vilanova y Sant Vicenç y Barcelona y Maçanet se habilitaron trenes lanzadera. Además del paro de casi cuatro horas, que afectó a una veintena de trenes, los retrasos eran abundantes en todas las líneas, tanto en las de cercanías como en las de media distancia y largo recorrido.
Estos últimos trenes tuvieron que ser desviados por la línea del interior (la de Vilafranca). Modificar el operativo y ponerlo en marcha supuso más de media hora, a lo que hay que añadir las dificultades de organizar los pasos de los trenes, de modo que algunos retrasos superaron ampliamente la hora.
También dejó de funcionar la línea 10, que va de Barcelona al aeropuerto. Esta línea seguía cortada a primeras horas de la noche. En su lugar, Renfe organizó un servicio de autobuses entre la estación de Sants y las instalaciones del aeropuerto. Adif y Renfe abrieron una investigación para establecer las causas del accidente y emitieron un comunicado en el que pedían a los usuarios que disculparan las molestias ocasionadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de octubre de 2006