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Reportaje:

Abbondanzieri tiene un don

El portero del Getafe, el segundo menos batido de la Liga, detiene uno de cada tres penaltis

En las dos temporadas y media que el Getafe lleva en Primera, un alud de porteros, Sergio Sánchez, Sánchez Broto, Aragoneses, Luis García, Calatayud..., han desfilado por su portería. Roberto Carlos El Pato Abbondanzieri (Bouquet, Argentina; 34 años) ha secado la sangría en el arco. Donde antes se arrastraban almas en pena ahora sobresale un muro que sólo ha consentido cuatro goles en siete jornadas de Liga, únicamente uno más que Casillas. Su penalti parado a Javi Guerrero en Huelva en la prolongación (1-2) confirmó la fama del Pato -apelativo que le pusieron en su país por sus andares a lo Pato Lucas, el personaje de Warner- en las grandes ocasiones.

"Que lo atajara no fue casualidad... Es muy trabajador, posee un don y parece que tiene 20 años", le piropea el preparador de porteros del Getafe, Juan Carlos Arévalo. Minuto 92. Mano de Pulido en el área. Penalti de libro. El cuadro de Bernd Schuster pende de los reflejos del arquero. "Y eso, amigo, es como tener la portería bendecida", relata uno de los integrantes del vestuario. Se ciñe a los hechos: de las ocho ruedas desde los 11 metros a las que Abbondanzieri se ha enfrentado últimamente ganó seis, con 12 paradas de 42 intentos. El equivalente al 28%, a una parada cada tres lanzamientos. Entre los damnificados figuran Pirlo y Costacurta, cuando la Intercontinental que Boca Juniors ganó al Milan en 2003.

"Soy tranquilo y procuro no hacer las cosas complicadas". Abbondanzieri recita la primera regla de su manual. Luego, suelta la bomba. De humildad, claro. "No soy indiscutible", repite. "Es un ejemplo a seguir. Que les diga a sus compañeros que no se desmoralicen aunque no jueguen no tiene precio", agradece Arévalo. "Es sencillo, nada espectacular. Eso quiere decir que no piensa en lucirse, sino en el bien del equipo", proclaman sus compañeros. Mientras tanto, él no olvida los malos ratos en el banquillo del Boca, a la sombra de Córdoba hasta que en 2002 abandonó la entidad xeneize.

Por eso tampoco extraña que pague de buen gusto las cervezas pactadas cuando pierde, cosa rara, en la ronda de 12 penaltis con que los guardametas del Getafe cierran cada jornada. Al centro, arriba, adentro... Ahí reside uno de los secretos de la piedra filosofal del parapenaltis. "Por muchos vídeos que examines, al final todo depende de la intuición", esgrime el cuerpo de porteros. De lo contrario no se explica el acierto del Pato. Porque Javi Guerrero no cumplió con las expectativas. Ante el Atlético, en el Calderón, lanzó por la derecha. El domingo, el especialista del Recreativo chutó centrado y a la izquierda. A Abbondanzieri, que luce el dorsal número 13 porque cuando llegó a España Luis García llevaba el 1 -"los números no me interesan", responde- le dio lo mismo.

Seguidor de otro Pato, de Fillol, Abbondanzieri se siente como en casa en Getafe. "¡En comparación con mi pueblo, es enorme!", exclama quien de joven jamás creyó que se "ganaría la plata" parando balones. "Yo pensaba en la ganadería y la labranza", reconoce.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de octubre de 2006