No son entonces historiadores sino escritores que falsean, distorsionan o amputan la realidad al servicio de algún interés superior o simplemente como producto de una ideología profunda y determinante cuya marcada subjetividad los anula en la rigurosa y responsable tarea de escribir la Historia. ¿Perseguirlos? No, demasiado protagonismo. Basta con ignorarlos. yolaros.
Sin lugar a duda. Quien niega un genocidio se convierte en cómplice de él. No se debe tener ninguna tolerancia frente a estas actitudes si no queremos que la historia vuelva a repetirse. Cala.
Por favor, la palabra "perseguir" es muy fuerte (recuerda demasiado a tolerancia cero, dictadura etc), simplemente se les inhabilita indefinidamente en el campo de la enseñanza y se está atento a sus publicaciones (para negar y ridiculizar sus teorías falsas, claro). palermo.
El encubrimiento y la injuria son delitos. Si un "historiador" encubre con sus comentarios el delito cometido, debe de ser perseguido y si además injuria a los que lo sufrieron, con más razón. Mi abuelo escapó del genocidio, nosotros vivimos por medio mundo y además tenemos que soportar el ser injuriados continuamente por los que niegan el genocidio. ajtamar.
Ni los países democráticos ni los no democráticos. No veo por qué no iba a poder opinar alguien, historiador o no, equivocadamente o no, que un determinado genocidio no existió. Otra cosa es, naturalmente, la opinión que, a su vez, nos mereciera quien en el caso de una matanza evidente sostuviera que no hubo tal. O que hiciera apología del genocidio. Pero ésta, me imagino, ya estará castigada por la ley. Eulalia06.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de octubre de 2006