Cuentan que, en tiempos, una ardilla podía recorrer la península ibérica sin bajar de los árboles, por la frondosidad de nuestros bosques. En un futuro una pelota de golf podrá ir de Gijón a Cádiz sin salirse del green.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de octubre de 2006