Una habitación con el cuerpo sin vida de la tía Julia. Éste es el recuerdo de niñez del escritor y miembro de la Real Academia Española Luis Mateo Díez sobre la experiencia del silencio, algo que le aterrorizaba, frente a su reverso, la palabra, "eso tan útil, misterioso e imprescindible". El autor de La piedra en el corazón repasó ayer su experiencia personal con las palabras a través de un relato leído durante la ceremonia de clausura e inauguración de los másteres de Cultura y Comunicación de Santillana Formación, celebrada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
A su recuerdo de niñez le siguió el de adolescencia, en el bar de su tío, donde, durante una partida de mus, un legionario le abrió de nuevo los ojos como platos a la palabra que rompe un silencio. "África", dijo aquel hombre, y esa palabra comenzó a existir para él, ya que "era la voz más preciada porque suscitaba mayor sugestión". Y en ese momento decidió que él también quería transmitir esa carga de "insondable emoción y experiencia".
Tras su relato personal, Mateo Díez defendió la palabra escrita, con la que se debe "dialogar": "Cuando leo una novela la estoy reescribiendo", dijo en la ponencia que enmarcó la entrega de diplomas de los másteres en Edición, MBA de Empresas e Instituciones Culturales y MBA en Empresas de Televisión impartidos por Santillana Formación con la Universidad de Salamanca. En el acto intervinieron también el rector de esta universidad, Enrique Battaner, y el director general de Santillana Formación, Carlos Arroyo, que explicó que la pretensión de esta oferta formativa es responder a "la permanente necesidad de aportar a la sociedad profesionales en el ámbito de la cultura y la comunicación que ejerzan su trabajo con calidad, rigor y solvencia empresarial".
Los tres másteres han reunido a alumnos de Brasil, Chile, Ecuador, España, Francia, Puerto Rico y Venezuela, y para la próxima edición se les unen nuevos países, Italia y Portugal, entre otros. Estos posgrados, realizados en colaboración con importantes empresas del sector, tratan de combinar "el saber universitario con la experiencia profesional", aseguró Arroyo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de octubre de 2006