Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Reportaje:GESTIÓN Y FORMACIÓN

Escuela de diseño con las puertas abiertas

El IED amplía su presencia en Madrid con la inauguración de una nueva sede en el Palacio de Altamira

"Aquí no hay aulas". Riccardo Marzullo, director del Instituto Europeo di Design (IED) en Madrid, resume con esta afirmación la particular filosofía de "transversalidad" que inspira el modo de enseñar de esta empresa de formación, fundada en Milán en 1966 y presente en la capital española desde hace 12 años. La nueva sede en el Palacio de Altamira, que ha supuesto una inversión de 12 millones de euros para la reforma de un edificio del siglo XVIII, representa perfectamente ese "ir más allá" de ser un simple centro de gestación de profesionales del diseño. El palacio recibirá a sus primeros alumnos el 6 de noviembre y quiere convertirse en un foco cultural de la capital.

"Es un proyecto de mezcla con la población española", asegura Stefano Paschina, consejero delegado del IED. "Queremos enseñar las ideas que produce la escuela y confrontarlas con lo que hacen otros diseñadores", explica. Desde su inauguración, el pasado jueves, la sede del IED, donde se impartirán carreras como Moda, Diseño Industrial, Diseño de Interiores o Artes Visuales, a más de 800 alumnos, ofrece exposiciones y actividades abiertas a todos los públicos. También estrena una biblioteca especializada en diseño (que, según el IED, aspira a ser la más importante de España sobre este tema) de libre acceso.

La sede, donde se impartirán carreras como Moda o Diseño Industrial, abrirá sus puertas a 800 alumnos el 6 de noviembre

"El diseño es poner en discusión lo que pasa en las calles de cada ciudad, de cada sitio", apunta Paschina. "Madrid es una ciudad transversal y latina; Barcelona es cosmopolita; Milán es la moda; Venecia es el mar...", enumera.

Y el diseño es un negocio en muy buena forma de salud. "En España hay condiciones para crear diseño y buenos profesionales, aunque también hace falta formar a la sociedad, ampliar el gusto de las clases medias altas españolas. De ahí la necesidad de un proyecto como el del Palacio de Altamira", explica Marzullo.

La facturación anual del IED asciende a los 60 millones de euros en todo el mundo. Su volumen en España supone un 22,1% del total, con más de 11,2 millones de euros. El IED tiene sedes en Milán, Roma, Turín, Barcelona, São Paulo, Venecia y en el próximo año estrenará una nueva en Río de Janeiro.

Según datos de la empresa, el 87% de los alumnos del IED encuentra trabajo. El precio de los cursos varía. Una diplomatura (tres años) cuesta en torno a 18.000 euros. El precio de un máster (un año) va de los 6.400 a los 19.000 euros. "Aquí unimos teoría y práctica. Trabajamos exactamente igual que el mercado", señala Marzullo. Los "profesores" del IED son profesionales del sector y sus centros colaboran con más de 300 empresas implicadas en la formación de los alumnos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de octubre de 2006