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Análisis:A LA PARRILLA

Bárbaros

La programación infantil padece dos epidemias publicitarias simultáneas: imponer Halloween como tradición local y preparar el caldo consumista de Navidad. La industria del juguete presenta productos continuistas y alguna variación. Por ejemplo: un muñeco que, para poder ser feliz, necesita abrazar un osito de peluche. Es un modo sutil y perverso de vender dos muñecos de un solo tiro y no se descarta que el año que viene el osito abrazado exija algún muñeco abrazable para completar este bucle de perversiones. También hay unas muñecas con pinta de concursantes de Supermodelo 2006 que tienen una particularidad: dos cabezas para cambiar. Menos mal que, entre alud de anuncios y alud de anuncios, a veces aparece alguna serie edificante. TVE emite Dave el bárbaro, unos dibujos animados con una estética parecida a la de los celebrados Megabebés, en la que los bárbaros demuestran ser bastante sensatos. El sábado, los bárbaros recibían la visita de un monologuista de la comedia del futuro y comprobaban hasta qué punto pueden ser cargantes los chistes a granel. Para competir con la comedia, los bárbaros deciden protagonizar un reality-show titulado La vida real de los bárbaros, que muestra la existencia doméstica de Dave y los suyos (entre los que figura un caballo neurótico). El narrador dice: "La vida real de los bárbaros resulta ser un espectáculo estúpido y humillante... y un éxito". Semejante afirmación parece describir la actual edición de Gran Hermano, que también padece la histérica fiebre de Halloween y en la que los concursantes están dando muestras de unos niveles de barbarie muy preocupantes.

En cuanto a la celebración de los 50 primeros años de TVE, tuvo, además de un necesario Informe semanal, otro momento infantil en el Telediario del sábado. Sus presentadores, sonrientes e ilusionados, soplaron las velas de un pastel que, en este caso, no tenía ninguna dimensión metafórica. Que les aproveche. El regalo de la casa es su anuncio conmemorativo, que apela al lado más nostálgico de la marca con una factura impecable.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de octubre de 2006