La comisión para el traslado de la subestación eléctrica de Patraix instó ayer al Ayuntamiento de Valencia a impedir el funcionamiento de la instalación hasta que Iberdrola cuente con la "preceptiva licencia de actividad". La agrupación vecinal descubrió la puesta en marcha de la subestación debido al ruido de la maquinaria y a las mediciones de los campos electromagnéticos realizadas sobre el terreno. Fuentes de Iberdrola reconocieron que hace aproximadamente dos semanas empezó el periodo de pruebas y que ahora la subestación ya está funcionando con normalidad. La empresa, sin embargo, sostuvo que cuenta con todas las autorizaciones necesarias para el desarrollo de su actividad y afirmó que en Valencia existen 57 instalaciones de este tipo y que nunca se había registrado una oposición similar por parte de los residentes.
El concejal delegado de Grandes Proyectos, Alfonso Grau, declaró que la firma no necesita ninguna licencia porque la actividad que desarrolla es "inocua" y que, por lo tanto, su funcionamiento no incumple la normativa. Los residentes, sin embargo, aseguran que la subestación puede tener efectos nocivos en la salud.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 31 de octubre de 2006