Lugares invisibles para la mirada cotidiana. Ofensivos para la pretendida asepsia primermundista y rozando en ocasiones la ilegalidad. Vemos como turistas de los residuos, con la cámara, y buscando la belleza de lo casi abyecto.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de noviembre de 2006