Juan Carlos Hervás, un preso considerado muy peligroso y que cumplía una condena de 20 años de prisión en el centro penitenciario de Ponent de Lleida por un intento de homicidio y diversos robos con violencia, huyó el jueves durante una salida programada a la sede de la delegación del Departamento de Justicia en Lleida. Era la primera que realizaba tras una década entre rejas.
La fuga, según han informado fuentes penitenciarias, se produjo el jueves por la mañana cuando el interno, de 31 años y natural de Barcelona, salió a la calle, según había programado y autorizado la Secretaría de Servicios Penitenciarios de la Generalitat. Era la primera salida que efectuaba el preso, uno de los más conflictivos de Ponent, tras 10 años de reclusión.
Hervás, que recibía tratamiento en el programa para presos condenados por delitos violentos, aprovechó la aglomeración que había en la explanada del Camp d'Esports, donde se celebraba el mercadillo semanal, para despistar a los dos educadores que le acompañaban y escabullirse.
En el momento de producirse la fuga, Hervás sólo iba acompañado por dos educadores de la prisión, cuando el reglamento establece que este tipo de salidas deben hacerse bajo una discreta vigilancia policial durante todo el recorrido. Por eso, los principales sindicatos de prisiones han criticado la descoordinación que facilitó la huida y han exigido una explicación.
El recluso había participado en el último de motín de Quatre Camins y era el encargado del economato del módulo 6 de Ponent. En 1998 fue condenado por la Audiencia de Lleida a siete años de prisión por agredir a otro interno condenado por violación. Habría acabado de cumplir la pena en 2011.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de noviembre de 2006