Las puertas de la catedral nacional de Washington se abrieron ayer poco después de las 11 de la mañana para dar paso al nuevo arzobispo de la Iglesia Episcopal: Katharine Jefferts Schori. Por primera vez en la historia, una mujer quien ocupe el cargo. La Iglesia episcopaliana, rama anglicana de EE UU, sorprendió a unos y escandalizó a otros en 2003 al ordenar al primer obispo homosexual. El pasado mes de junio volvió a sacudir los cimientos de la cristiandad al elegir a una mujer para liderar su confesión. Schori es la presidente número 26 de la Iglesia Anglicana.
Ordenada sacerdote hace 12 años, Schori, de 52, está casada y tiene una hija. Era obispo de Nevada cuando consiguió una sorprendente victoria en las elecciones a la presidencia del obispado en la Convención General Episcopal celebrada el pasado junio en Columbus, en Ohio. Ayer, una sonriente Schori tomaba posesión de su cargo mientras soplan vientos de escisión dentro de la Iglesia anglicana. Schori fue elegida por 95 votos a favor y 93 en contra.
El obispo de Washington John Chane y el dean de la catedral abrieron las puertas del templo tras escuchar las tres llamadas realizadas por la líder de la iglesia anglicana. "Katharine, obispo de la Iglesia de Dios, hemos esperado tu llegada con emoción. En el nombre de Cristo, te damos la bienvenida", dijo el presidente saliente, el obispo Frank Griswold.
Los más de 3.000 fieles asistentes a la ceremonia prometieron apoyarla en su ministerio. El obispo de Washington la invitó a celebrar la eucaristía. "Disfrutemos de las muchas riquezas de la vida de la Iglesia y seamos fuertes a la hora de predicar la palabra de Dios por el mundo", dijo la nueva arzobispo.
El nombramiento de Schori al frente del grupo de obispos de la cúpula episcopal complica las difíciles relaciones entre los anglicanos estadounidenses, aglutinados en torno a la Iglesia Episcopal, y los del resto del mundo. Sólo otras dos congregaciones, las de Nueva Zelanda y la de Canadá, cuentan con mujeres entre sus obispos, a pesar de que algunas otras permiten a las mujeres acceder al puesto. Aún existen muchos líderes anglicanos que defienden que las mujeres no pueden ser pastores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de noviembre de 2006