Tres mujeres músicas, dos voces y un violonchelo en escena componen el espectáculo Piedrecitas, de la compañía belga Imaginaire. Este singular concierto-espectáculo para público de a partir de 18 meses ganó el premio al mejor espectáculo para la primera infancia, de Walonia. En él se mezclan músicas de diferentes culturas y se recurre a las onomatopeyas como sonidos familiares para los más pequeños. Ahora se muestra en Madrid (teatro Pradillo; Pradillo, 12; día 5; 12.30), dentro del festival Semanas Internacionales de Teatro para Niños y Niñas.
También participa en el certamen Imaginárium una coproducción de la formación canadiense Theatre Beyond Words y la argentina Omar Álvarez Títeres. Este montaje, recomendado para espectadores de ocho años en adelante, se inspira en el universo de René Magritte y en él se funden trabajo actoral, máscaras y objetos. El argumento muestra a dos hombres impecablemente vestidos; el más alto es obsesivo y pulcro; el más bajo, impulsivo y temperamental. Aunque se parecen, son casi antagónicos y deben convivir en un mundo onírico, regido por el desorden temporal y el caos estético. Uno y otro tratan de ordenar ese mundo, pero con parámetros bien distintos, lo que origina el conflicto (Centro Cultural Paco Rabal; Felipe de Diego, 11; día 5; 12.30).
Inspirado en un cuento islandés y con música original de Germán Díaz, la compañía Calamar Teatro ha creado un espectáculo de danza contemporánea para niños de a partir de seis años. Se titula La silla voladora y el argumento habla de Hilini, hijo único de la reina, que desaparece en el bosque; su madre ofrece la mitad del reino a quien lo encuentre y es la hija de unos campesinos quien lo descubre en la cueva de un trol. Sombras y títeres se funden con el movimiento de los bailarines (Cuarta Pared; Ercilla, 17; día 5; 12.30 y 17.30).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de noviembre de 2006