Al hablar del escándalo urbanístico de Seseña (Toledo) se informa de que: "La construcción ya se ha iniciado, pero la Confederación Hidrográfica del Tajo no puede garantizar el abastecimiento hasta dentro de unos años, cuando se concluya la construcción de una tubería de más de 20 kilómetros de longitud que debe llevar el agua desde Picadas".
Quiero recordar la construcción de la conducción Picadas-Valmayor, hará aproximadamente 20 años. Se realizó en otra de las cíclicas situaciones de sequía, con la finalidad de suministrar agua a Madrid en situaciones de emergencia; es decir, como último recurso. Su construcción fue contestada por los grupos ecologistas que criticaron el coste medioambiental que supuso el soterramiento de una enorme tubería que atraviesa una zona con un elevado grado de conservación hasta ese momento, dado el inevitable corte de un gran número de árboles, muchos de ellos encinas centenarias de gran porte; amén de la construcción de enormes torres para la elevación del agua, visibles desde muchos kilómetros a la redonda. ¿Y todo ello para qué? Pues al parecer todo ello para nada, puesto que si el agua del embalse de Picadas en el río Alberche se va a destinar a abastecer la ya empezada nueva ciudad de 50.000 habitantes en Seseña cuando se produzca una situación de emergencia en el abastecimiento del agua de Madrid es muy probable que no se pueda echar mano del "último recurso" que justificó la construcción de la conducción Picadas-Valmayor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de noviembre de 2006