La primera de las tres plantas que tendrá el nuevo intercambiador de transportes de la plaza de Castilla, una infraestructura de la que se beneficiarán 270.000 viajeros diarios y que evitará el paso por la superficie de 7.000 autobuses, entrará en funcionamiento en mayo de 2007. El resto no estará terminado hasta 2009. La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, visitaron ayer las obras, que están ejecutadas al 80% y cuyo objetivo es mejorar las conexiones de la capital con los municipios del norte y los nuevos barrios de Las Tablas, Montecarmelo y Sanchinarro.
Aguirre y Ruiz-Gallardón destacaron la magnitud del intercambiador -que compararon con una catedral-, de 74.350 metros cuadrados de superficie distribuidos en tres niveles con 1,3 kilómetros de túneles, 36 dársenas subterráneas para autobuses interurbanos; nueve en superficie para la EMT, y un aparcamiento público de rotación para 400 vehículos. El intercambiador tendrá conexión con la red de metro y hará posible que las 37 líneas de autobuses interurbanos que llegan a la plaza de Castilla por la A-1 (carretera de Burgos) y la M-607 (carretera de Colmenar) salgan directamente al paseo de la Castellana, a la altura de la calle de Sinesio Delgado.
El presupuesto es 102 millones que, según la presidenta regional, pagarán por el sistema de concesión administrativa las empresas adjudicatarias. Éstas se encargarán además del mantenimiento y explotación de la infraestructura.
Canon de las empresas
Aguirre añadió que esta "obra inteligente" se financiará con el canon que pagarán las empresas de los autobuses interurbanos como contraprestación al "ahorro de tiempo" que les supondrá "no tener que entrar en el maremágnum de tráfico de la plaza de Castilla". El alcalde manifestó que la intermodalidad es "la clave del éxito" del transporte público y de que realmente sea "disuasorio" respecto al privado. Por ello, recordó que Ayuntamiento y Comunidad trabajan "conjuntamente y en la misma dirección" en la construcción de otros tres intercambiadores: Plaza Elíptica, Príncipe Pío y Moncloa, situados en las entradas a Madrid.
Ruiz-Gallardón recordó que casi dos millones de madrileños de la periferia se incorporan a la ciudad de lunes a viernes y por eso abogó por promover el transporte público, en lugar de "lo absurdo" que, afirmó, sería "establecer, como ha propuesto el Ministerio de Medio Ambiente, peajes o mecanismos disuasorios" para los conductores que entran a Madrid. A su llegada a la plaza de Castilla, Aguirre escuchó las quejas de un grupo de vecinos que amenazaron con manifestarse y movilizarse por la falta de seguridad vial y las molestias que les acarrea esta obra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de noviembre de 2006