A los 24 años de la matanza en los campamentos palestinos de Sabra y Chatila donde murieron centenares de civiles inocentes (sobre todo niños, mujeres y ancianos...) veo por televisión las imágenes de una nueva masacre de niños en la franja de Gaza. No me ha sorprendido. He recordado las palabras de Tarik Alí en su libro A la sombra del granado. Entre sus páginas, pone en boca de Hernán Cortés, tras arrasar una aldea enemiga: "Si matamos sólo a los hombres, las mujeres y los niños cobrarán un odio ciego. El odio de los supervivientes es un veneno capaz de destruirnos". Sin comentarios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de noviembre de 2006