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Reportaje:Fútbol | Décima jornada de Liga

Ronaldinho y Van Nistelrooy, de lujo

El holandés logra los cuatro goles del Madrid en Pamplona y el brasileño recupera el liderato para el Barça

Van Nistelrooy y Ronaldinho fueron la cara, y Rafa Guerrero y su jefe, Iturralde, la cruz de la jornada. El holandés acudió con el Madrid a Pamplona y golpeó a Osasuna sin piedad. Cuatro goles hizo Van Nistelrooy, firmando una nueva resurrección del Madrid, que a cada fracaso acostumbra a venirse arriba de golpe, goleando lejos de su estadio. Lleva Van Nistelrooy 15 partidos oficiales, en los que ha conseguido 13 tantos. Con los cuatro de ayer ya suma ocho en la Liga, los mismos que Ronaldinho, Kanouté y Diego Milito, con quienes comparte el pichichi.

A cada golpe que recibe, el Madrid responde a lo bestia. Así lo lleva haciendo toda la temporada, cayéndose y levantándose sin solución de continuidad. Y siempre con ruido. Pincha ante el Villarreal, y zarandea al Levante (1-4). Se desmorona en Getafe y se merienda al Steaua (1-4). Llora al perder con el Celta, se va a Pamplona y juega con Osasuna por obra y gracia de Van Nistelrooy (1-4).

En el Camp Nou sólo se hablaba de fútbol, del 1-1 que reflejaba el marcador, del partidazo que se estaban marcando Barça y Zagaroza, hasta que Rafa Guerrero, el juez de línea más famoso del mundo, se hizo presente. Porfiaba Motta con Diego Milito y se quitó aquél de encima al argentino braceando, golpeándole tímidamente con la mano, nada alevoso, una amarilla parecía aquello. Pero Guerrero llamó a capilla a su árbitro, Iturralde, y lo que le contó fue de una mayúscula gravedad. Expulsó Iturralde a Motta y el Camp Nou, Rijkaard, el barcelonismo en pleno, estallaron. Al rato fue Gaby Milito el que vio la roja y el asunto quedó en manos de algún futbolista grande. Nadie tan grande como Ronaldinho. Había marcado el primer gol, de cabeza, hizo el segundo colocando una falta en la escuadra y de inmediato lanzó al larguero para que Saviola pusiera el 3-1 definitivo a un partido formidable.

Recuperó el Barça el liderato a costa de un Sevilla que, en su peor actuación, no pasó del empate en Santander (0-0). La jornada dejó también la imagen de sufrimiento de Irureta, a quien llevar dirigidos 601 partidos en Primera no le impidió dejar caer alguna lágrima cuando vio cómo Capi lograba, en el último minuto, el gol del triunfo del Betis ante el Levante. Y a todo esto, el Getafe en Europa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de noviembre de 2006