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Crónica:Fútbol | Décima jornada de Liga

Bravo evita el siniestro total

El portero chileno salva de una nueva derrota a la Real frente a un Espanyol superior

Un portero chileno y un pipiolo vasco evitaron que la parroquia de Anoeta viviera la quinta derrota de los suyos en otras tantas jornadas. Así de mal está la Real, que puede darse con un canto en los dientes con el punto que obtuvo ante el Espanyol. Casi dos cuartos de lo mismo puede decirse del equipo de Valverde, que sumó su sexto empate consecutivo en la Liga tras haber sido apeado de la Copa por el Rayo, un cuadro de Segunda B.

Con Skoubo y Kovacevic en la enfermería, el recién llegado al banquillo de la Real, Lotina, dio carrete a un joven de 22 años de nombre Íñigo Díaz de Cerio. Autor de varios goles en la Copa, el novel delantero donostiarra estuvo a punto de dar la tarde a Kameni. Con la colaboración del eficaz juego aéreo de Uranga, puso en jaque a la defensa del Espanyol y adelantó a su equipo en una acción que retrató las deficientes coberturas de los centrales, Jarque y Torrejón, y la indigestión del Espanyol en las jugadas a balón parado.

REAL SOCIEDAD 1 - ESPANYOL 1

Real Sociedad: Bravo; Rekarte, Ansotegui, Labaka, Garrido; Xabi Prieto, Diego Rivas (Juanito, m. 64), Garitano, Aranburu; Uranga (Aguirretxe, m. 84) y De Cerio. No utilizados: Riesgo; Novo, Alonso, Rossato y Gerardo.

Espanyol: Kameni; Zabaleta, Jarque, Torrejón, Chica; De la Peña, Moisés; Rufete (Corominas, m. 81), Luis García, Riera; y Tamudo (Pandiani, m. 87). No utilizados: Gorka; Velasco, Lacruz, Moha y Fredson.

Goles: 1-0. M. 30. De Cerio aprovecha un pase de cabeza de Uranga. 1-1. M. 53. Luis García, desde el interior del área, tras una triangulación con Riera y De la Peña.

Árbitro: Lizondo Cortés. Mostró la tarjeta amarilla a Chica, Labaka y De la Peña.

18.910 espectadores en Anoeta.

La impresión de un renacimiento del juego de la Real no pudo ser más fugaz. A la primera de cambio, ya se había producido uno de esos errores de bulto que delatan a una defensa. Ansotegui metió la pata al intentar ceder atrás con el regazo. Tamudo no aprovechó el regalo porque Bravo inició su recital.

La Real buscó el juego directo, con mucho balonazo, muy orientado por la banda derecha con Xabi Prieto y Uranga, especialmente activo y omnipresente el último. Tan pronto encaraba a los defensas como centraba o se convertía en el hombre que cabeceaba los balones bombeados que cruzaban desde el lado opuesto. La línea de medios del Espanyol fue netamente superior, pero durante varias fases se lio de tantos pasecitos en corto y sin eficacia como dio. Fue en el último cuarto del primer tiempo cuando ofreció peor impresión y cuando De Cerio abrió el marcador y a punto estuvo de establecer, de cabeza, el 2-0.

Mejoró el Espanyol cuando Riera, absolutamente inadvertido hasta entonces, empezó a carburar. Luis García empató en una triangulación cuando quedaba más de media hora. De la Peña adelantó su posición y sus pases empezaron a hacer daño a la Real, que ya sólo dio señales de vida con una media vuelta de De Cerio que desbarató Kameni. Los pies de un defensa frustraron una ocasión de Tamudo y Luis García falló dos remates en los que ya se cantaba el gol. El primero, tras un centro de Rufete, lo envió a las nubes y el segundo lo frustró Bravo. La Real se defendió como gato panza arriba y el Espanyol ni con Pandiani ni con Corominas pudo batir a Bravo en un retrato de la impotencia que preside hoy por hoy el juego de ambos equipos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de noviembre de 2006