La policía buscaba anoche, al cierre de esta edición, a Antonio Cantarero, supuesto autor de la muerte de José Espejo, un hombre de 68 años vecino de La Algaba (Sevilla). Cantarero, según los testigos, le asestó tres puñaladas a la víctima tras una discusión en la puerta de un bar de la barriada de La Cruz, en la calle Jacinto Serrano.
Cantarero tiene poco más de 30 años, es rubio y mide aproximadamente 1,75 metros. "Se trata de una persona con problemas sociales y psicológicos y hay quien lo relaciona con el pequeño tráfico de drogas en el pueblo", señaló José Luis Vega, el alcalde del municipio y sobrino del fallecido.
Los hechos ocurrieron hacia las ocho de la mañana, cuando José, albañil de profesión, se dirigía a desayunar al establecimiento, como cada día. Según contó la Policía Local, el agresor pudo sentirse molesto porque entendió que la víctima le había mirado mal. El incidente dio lugar a una discusión que terminó cuando Cantarero sacó un cuchillo y le propinó a su oponente dos puñaladas en un brazo y una a la altura del pecho. La víctima intentó defenderse con un paraguas pero fue en vano.
José fue auxiliado por un grupo de vecinos y trasladado hasta el centro de salud de la localidad donde falleció. Mientras, el agresor salió huyendo.
El cuerpo de la víctima fue trasladado al Instituto Anatómico Forense y de allí al Tanatorio de San Lázaro de Sevilla.
La policía contó que, el martes por la tarde, un vecino de La Algaba denunció ante la Policía Local que Cantarero lo había amenazado. "Explicó que había pasado con el coche por su lado y que Cantarero, muy excitado, le advirtió que le iba a pegar y que iba a matarlo a él y a toda la familia", señaló un agente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de noviembre de 2006