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La Caldera se reforma en busca de mejores condiciones creativas para la danza

En 1995, nueve coreógrafos y bailarines integrantes de algunas de las mejores compañías de danza catalanas decidieron agruparse para compartir un espacio donde poder trabajar sus espectáculos. Así nació La Caldera, Centre de Creació de Dansa i Arts Escèniques Contemporànies, ubicada en una antigua fábrica de cinturones del barrio de Gràcia de Barcelona y que agrupa actualmente a los mismos socios fundadores: Sol Picó, Iliacán, Búbulus, AE-Lapsus Dansa, Malqueridas, Nats Nus, Montse Colomé y Senza Tempo. Con el tiempo esta sede plural se ha ido llenando de contenido, y aunque sus fundadores son los principales usuarios e impulsores de la iniciativa, ha abierto sus puertas a toda la profesión. Estos días, La Caldera está de estreno: uno de sus espacios, la Sala O, ha sido totalmente rehabilitada, lo que posibilitará a las compañías poder mejorar las condiciones de trabajo de sus espectáculos.

La Sala O no es un lugar de exhibición, sino un espacio creativo que debe servir de puente entre el local de ensayos y el escenario. Es decir, que tras haber diseñado y probado las coreografías de un espectáculo en las salas de trabajo, las compañías tendrán la capacidad de ultimar la producción con unas condiciones de iluminación y sonido muy similares a las del estreno, lo cual redundará en la calidad de la presentación final.

Beatriu Daniel, responsable de la gestión de La Caldera, puntualiza que, de momento, sólo se ha rehabilitado el espacio, pero aún no se le ha dotado de infraestructura técnica. Sin embargo, confía en que a lo largo de 2007 esta segunda fase pueda llevarse a cabo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de noviembre de 2006