Nadia tiene 29 años. Llegó a España hace tres años procedente de Italia. Le gustó Madrid, se enamoró de un chico y se quedó. Ha realizado trabajos de todo tipo y ahora, al fin, empieza a hacer lo que le gusta. El grueso de su tiempo laboral lo dedica a una ONG que ayuda a las personas sin hogar de la capital.
Pero con ese sueldo no le alcanza ni para el alquiler de su habitación de 350 euros. "Está claro que con este trabajo no te haces rica". Así que ha tenido que buscarse un par de empleos más. Juntando los tres salarios, reúne unos 750 euros. Gastando poco y haciendo malabarismos llega casi siempre a final de mes.
"Soy una hormiguita. Casi no compro ropa ni libros, ni discos... Básicamente, me lo gasto en comida. Así consigo que el dinero me dure más". Además de en la ONG, Nadia trabaja en un bar y como ayudante de una floristería. "El problema es que todo el mundo paga muy poco. Pero es que ellos tampoco ganan demasiado. Casi entiendo que no puedan pagarme más".
Comparte piso, porque "está claro que con los precios que hay, en Madrid no se puede vivir sola". ¿Y en Italia? "Ahí es peor. Todo es mucho más caro".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de noviembre de 2006