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MIRADOR

Espe y Alberto, 'forever'

Son conocidos los desencuentros entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón. La presidenta de la Comunidad de Madrid suele decir del alcalde de la capital que se quieren "como hermanos". Las pullas recíprocas son de tal calado que cabe preguntarse cómo continúan saludándose. Son dos burgueses educados, pero con un ego desmesurado y descontrolado, insoportable, pero que da juego en el mediocre ruedo ibérico. Estuvieron a punto de perder los modales en un restaurante cuando el alcalde intentaba impedir que ella fuera elegida presidenta regional del PP. "Fue una cena tremenda", confesó Esperanza.

El último encontronazo ha sido la publicación de una biografía autorizada por Aguirre, escrita por la periodista Virginia Drake y titulada La presidenta. El libro será presentado la semana que viene en Madrid. Estaba previsto que intervinieran en el acto el líder del PP, Mariano Rajoy, y Gallardón. El alcalde ha decidido al final no participar en vista de las abundantes píldoras amargas que su hermana Espe le lanza en el relato de Drake, entre otras sobre su orientación política: "Él quiere hacer creer a todo el mundo que representa el centrismo

y yo, lo más rancio y conservador de la derecha". Gallardón es un detallista laborioso e ingenioso, no tan duro ni vehemente como Aguirre. El ego dificulta un matrimonio político, pero sus cónyuges deberían sentir celos.

El afán por impactar le ha llevado a la presidenta a decir en la biografía que con su sueldo tiene dificultades para llegar a fin de mes. Luego, ha desmentido esas palabras. El alcalde asegura que leerá el libro después de las elecciones municipales. Parece que no es cierto. Se afirma que le ha entregado a su colega fotocopias subrayadas de las páginas más ácidas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 24 de noviembre de 2006