En el Espai Gaudí no sólo se analizan las obras más famosas del arquitecto que le da nombre. También se reserva un lugar para dar a conocer monumentos suyos que todavía están por descubrir masivamente. Entre los últimos, destacan las bodegas Güell, ubicadas en el Garraf, al pie de la carretera que une Barcelona y Sitges. Este edificio, que en la actualidad está ocupado por un restaurante y la vivienda de su propietario, fue un encargo que hizo Eusebi Güell a Gaudí para conservar los vinos que se producían en su finca, unos caldos que no eran demasiado buenos, según señaló ayer Giralt- Miracle. Generalmente, la autoría de este edificio se atribuía, sobre todo, a Francesc Berenguer, discípulo de Gaudí, mientras que la intervención del genio se limitaba a la planificación. Por el contrario, el comisario de la exposición considera que la autoría de las bodegas se "debe atribuir en un 90% a Gaudí, y el resto a sus colaboradores". Uno de los tesoros que se mantiene allí en pie consiste en una capilla llena de preciosos objetos litúrgicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de noviembre de 2006