Algunos sectores nacionalistas están molestos por el hecho de que las tres formaciones de la izquierda catalana -y especialmente Esquerra Republicana- hayan sumado sus votos para investir presidente de la Generalitat a José Montilla.
La semana pasada, en una papelería del barrio barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi, fue encargada la impresión de centenares de adhesivos con el lema Montilla no es mi presidente. En concreto, fue una ciudadana la que encargó las pegatinas a una papelería del barrio de la que es clienta habitual. También hizo lo propio con unas chapas con el mismo lema que los adhesivos. Los objetos fueron adquiridos para ser distribuídos entre el entorno más inmediato de la clienta nacionalista. Fuentes de la dirección de Convergència Democràtica (CDC) aseguraron ayer a este diario que desconocían este encargo y expresaron su respeto por la legitimidad del recién formado Gobierno. Convergència i Unió (CiU) también se ha desmarcado de la organización de manifestaciones y caceroladas -éstas con centro en Sarrià-Sant Gervasi- contra la candidatura de Montilla.
Joaquim Forn, presidente de la Federación de Barcelona de CDC, aseguró ayer que se trataba de una iniciativa personal de la que no tenía constancia. Precisamente en 2003, a punto de forjarse el primer tripartito, aparecieron decenas de pintadas que rezaban ERC+CiU=CAT, reclamando una alianza nacionalista en el Gobierno. Entonces, el líder de ERC, Josep Lluís Carod, explicó estas reivindicaciones como "la rabieta de alguien que confunde el país y sus instituciones con sus siglas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de noviembre de 2006