Contra el gafe, Rusia. Contra la historia, Argentina. Un país romperá su maleficio y se coronará campeón de la Copa Davis de tenis en la final que empieza hoy (11.00, Teledeporte) en el pabellón Olimpíiski, de Moscú, con aforo para 11.000 espectadores. Igualado el duelo en el papel, se presume que la moqueta sobre madera, de un bote vivo pero no desorbitado, y el partido de dobles, en el que los rusos son más competitivos, serán decisivos.
Argentina, que nunca alzó la ensaladera, pero que se quedó a un paso en 1981, cuando perdió contra Estados Unidos, plantea una batalla tan táctica como psicológica. Para medirse de entrada al ruso Nicolay Davydenko (el número tres mundial), el capitán, Alberto Mancini, ha escogido a Juan Ignacio Chela (33), como segundo de sus jugadores, en detrimento de Agustín Calleri (29) como sugería el líder del equipo, David Nalbandián (8). "Chela siempre se ha impuesto a Davydenko", resumió Mancini. Cierto: se ha batido en cinco ocasiones con él y todas le fueron victoriosas. "Confío plenamente en Nicolay", respondió, a su vez, Shamil Tarpíschev, el capitán ruso.
Rusia, ganadora del cetro en 2002, no sólo se medirá a la estrategia argentina, sino también al gafe del pabellón Olimpíiski, en el que ha perdido sus dos anteriores finales como anfitrión: en 1994, contra Suecia, y en 1995, frente a Estados Unidos.
Tras los enfrentamientos individuales, Davydenko-Chela y Safin (26)-Nalbandián, en dobles se retarán, ya mañana, Tursunov (22) y Yuzhny (24)-Nalbandián y Calleri.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de diciembre de 2006