La noticia del reconocimiento de Quebec como nación por la Cámara de los Comunes canadiense quizás debería ser tomada como un ejemplo para los dos grandes partidos de España. Pese al alud de críticas que el primer ministro Stephen Harper está recibiendo, creo que también hay que resaltar que el hecho de que sea el partido conservador quien haya promovido tal reconocimiento puede ser catastrófico para los independentistas de Quebec, ya que los conservadores podrían sumar más votos que nunca en Quebec y, por lo tanto, no dar paso a la soberanía propia ni independencia, sino al mero reconocimiento cultural y geográfico que podría ahora satisfacer a muchísimos nacionalistas moderados.
¿Qué ocurriría si el PP o el PSOE reconocieran el País Vasco y Cataluña como naciones dentro de la Corona? Quizás muchos nacionalistas sentirían por primera vez apego a la Corona, en otras palabras, a España.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de diciembre de 2006