En el libro Las ciudades invisibles, de Italo Calvino (1972), Marco Polo le describe al emperardor Kublai Kan cómo es el mundo a través de 55 ciudades con nombres de mujer. Un encuentro fortuito con el escritor italiano en 1984 sembró en el pintor Pedro Cano (Murcia, 1944) la idea de plasmar estas imágenes. El resultado, como en la novela, son 55 acuarelas que pueden verse en Sevilla y en las que el artista ha trufado ciudades reales, las que pueblan sus más de cien cuadernos de viajes, con ensueños de color.
En Las ciudades invisibles, que se inauguró ayer en Sevilla en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, Pedro Cano ha recorrido un camino paralelo al que hizo Italo Calvino al utilizar sus notas de viajes para los cimientos de esas ciudades fantásticas con nombre como Leonia, Melania o Zaira en las que el escritor ya intuía los peligros que amenazan a las ciudades en la actualidad.
"No he tenido ningún miedo de pasar de la cosa más real a la imaginación. Todo me sirve para construir estas ciudades", explicó ayer el artista que nació en Blanca (Murcia), ha vivido en los ochenta en Nueva York y actualmente reside en Roma. Pedro Cano, que expone en Andalucía por primera vez, ha elegido la dificil técnica de la acuarela sobre papel hecho a mano y doblado por la mitad, como las hojas de un libro. La muestra, que podrá verse en la sede de la Academia (Casa de los Pinelo) hasta el 14 de enero, es itinerante desde 2003 y reflexiona sobre la ciudad "como un lugar para el trueque", algo que el propio artista explicará esta tarde, a las 18.00, en una visita guiada abierta al público. Cano acentúa el sentido mágico de esos lugares remotos con letras de 15 alfabetos distintos, como el árabe, el hebreo o el bengalí, que va dibujando en cada una de las obras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de diciembre de 2006