Una espectacular exposición de fotografías ocupa la sala de la Fundación Caja Vital en pleno centro de Vitoria. Se trata de Workers, es decir, trabajadores. Su autor es el brasileño Sebastião Salgado (Aimores, 1944). Es una obra inmensa, un recorrido por el mundo del trabajo en diferentes países. Son facetas muy diversas resueltas en blanco y negro por quien está considerado uno de los mejores fotógrafos de reportaje del mundo. La factura técnica es impecable, un mérito que, más que al realizador de las tomas, debe adjudicarse al técnico de laboratorio que ha realizado las tiradas. El interés de las imágenes, su contenido y composición son incuestionables, no así la manera de presentarlas. La sala se queda pequeña o sobran piezas. Se ha producido una sobresaturación de fotografías expuestas y resulta imposible contemplarlas adecuadamente. Si a esto añadimos una proyección sobre los trabajos del autor de hora y media de duración nos encontramos con un empalago de Salgado difícil de digerir. Los organizadores debieran haber pensado en un espacio mayor o un selecto y significativo resumen.
Por lo que respecta a los imágenes, pasan por las explotaciones petroleras en Bakú o Azerbaiyán, el desguace de barcos en Bangla Desh, los ferrocarriles en Francia, las explotaciones de carbón en India, la pesca en Galicia, el tabaco en Cuba, el te en Ruanda, el acero en Ucrania o el cacao en Brasil. En palabras de García Márquez, "es la fotografía de la humanidad", de las gentes que trabajan para sacar su vida adelante.
Los reportajes y el tratamiento de los temas de Salgado han alcanzado gran popularidad. Ha recurrido a un género que después de la crisis de las grandes revistas se mantuvo un tanto alejado de los medios impresos y no termina de volver, salvo en las ediciones digitales. Ha encauzado su difusión en libros y exposiciones. Su intensa producción le ha llevado a montar su propia agencia, Amazonas Image, en París. Su estilo ha promovido la aparición de un nuevo tipo de reporteros. Incluso, algunos lo han malinterpretado. Llegan a confundir compromiso social con un cínico "redentorismo mesiánico". Registran con su cámara las miserias del Tercer Mundo, justificándolo como una acción de denuncia. De vuelta al Primer Mundo, lo venden para gloria y beneficio propio a un publico al que la miseria de los demás les ratifica de su propio bienestar
Workers. Sebastião Salgado. Fundación Caja Vital. Postas, 13; Vitoria. Hasta el 7 de diciembre. Horario: de lunes a sábados, de 18.30 a 21.00; domingos, de 12.00 a 14.00 y de 18.30 a 21.00.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de diciembre de 2006