En una época en que los directores deportivos recorren todo el planeta en busca de jugadores de todas las nacionalidades, el Recreativo y el Valencia protagonizaron ayer un caso insólito en el fútbol de élite. Veinte de los 22 futbolistas que saltaron de inicio al campo eran españoles. Sólo el delantero francés Sinama-Pongolle, en el Recre, y el central argentino Ayala, en el equipo de Quique, rompieron el dominio de jugadores nacionales sobre el césped.
El Valencia ha echado mano de la cantera ante la plaga de lesiones. Cuando no es por un golpe o por una entrada, es por un virus estomacal. El caso es que el Valencia se ha acostumbrado a no acabar un partido con todos sus jugadores sanos. En Huelva ni siquiera pudo empezarlo. El centrocampista del filial Pallardó, que iba a ser titular, se cayó del equipo inicial por una gastroenteritis. Su lugar en el medio lo ocupó Albiol, que jugó con una venda en la muñeca izquierda por una lesión. El centro de la defensa fue para David Navarro, que jugó con un orzuelo en un ojo. Machacado por las lesiones, el Valencia vivió con el miedo a nuevas bajas. Cada caída aumentaba la psicosis.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de diciembre de 2006